martes, 22 de octubre de 2013

Proyecto: Regiones geográficas y sus leyendas

Proyecto : "Regiones geográficas y sus leyendas" .Recorrer sitios sobre leyendas, ver experiencias realizadas,selección de los maestros de un grupo de leyendas , trabajar sobre las mismas elaborando textos,realizar presentaciones que incluirán escenarios dibujados por ellos.Luego en un mapa de regiones, elaborado por el docente de 4º grado en un servicio on line incluir en los marcadores las leyendas argentina.El proyecto se realiza en forma colaborativa alumnos de 4º y 5 grado.


La leyenda del Pehuén

Trabajamos con un editor de diapositivas y luego lo subimos a un servicio on line gratuito llamado Slideboom.


sábado, 21 de septiembre de 2013

YA LLEGA...EMPEZAMOS LA CUENTA REGRESIVA

Se viene....se viene....ya esta por llegar el "DICCIONARIO ENCICLOPÉDICO DE ANIMALES INVENTADOS"...
solo esperen hasta el..........LUNES 23/09/2013
tan solo les vamos a mostrar algún adelanto
Alfria


Votelbolador
Dobo Pez

Macón

viernes, 30 de agosto de 2013

PROYECTO DISTRITAL DE PRÁCTICAS DEL LENGUAJE 2013........

HOLA A TODOS, TANTO TIEMPO SIN ACERCARLES NADA DE INFORMACIÓN POR ESO HOY VENIMOS CON UNA NOTICIA QUE ES ¡UNA B O M B A! on piZap.com   ¿QUÉ ES ESTO? ¿DE QUÉ HABLAMOS?, PACIENCIA YA LES VAMOS A CONTAR!!!

viernes, 26 de abril de 2013

LA LEYENDA DEL PEHUEN



Con los chicos estamos trabajando con un nuevo proyecto de Leyendas Argentinas.

La primer leyenda que leímos es de la Provincia de Neuquén y es:

LA LEYENDA DEL PEHUEN

A continuación se las contamos, pero sin falta les mostraremos todo lo trabajado con ella

Desde que se tenga memoria, Uenechén, el dios mapuche había hecho crecer el pehuén en los grandes bosques de latierra, pero al principio las tribus que la habitaban no comíansus semillas, que permanecían largo tiempo desperdigadas por el bosque, hasta que se transformaban en nuevos árboles o se pudrían por efectos de la humedad y el calor del verano. Los pehuenches consideraban al pehuén un árbol sagrado, pero no comían sus piñones, que les resultaban duros y consideraban venenosos.
Así fue que mucho antes de que el huinka,el invasor español, llegara con sus armas y sus ejércitos, hubo un invierno muy crudo, en que la tribu, ya sin alimentos ni reservas, estaba siendo diezmada por el frío y el hambre; los ríos se habían congelado, y habían desaparecido el huemül, el choike (ñandú) y el luan (guanaco), mientras los pájaros emigraban, ahuyentados por el tremendo frío.
La tierra parecía encogerse aterida bajo la nieve y, si bien los hombres y las mujeres sanas aún resistían la hambruna, los viejos y los niños pequeños parecían condenados a una muerte terrible. Uenechén parecía negarse a escuchar las plegarias y rogativas; quizás El también estaba adormilado, arrebujado en sus pieles tibias de su lecho divino...
Pero abajo, en la tierra, la situación era crítica, y el cacique de la tribu decidió tomar una medida desesperada: enviar a los cuatro vientos, y por distinto caminos, a sus guerreros más hábiles y fuertes a que se fueran lejos, tanto como fuera necesario, pero que no regresaran sin alimentos:
bulbos de amankay y de ñolkin, frutos de chakai y de ñire y carne de cualquier animal que lograran cazar, así fuera de mara o de kófür, pero que permitiera sobrevivir a los más débiles. Y así salieron los guerreros, entusiastas y decididos pero los días comenzaron a pasar uno tras otro, y los bravos regresaban uno tras otro, con las manos vacías y en peores condiciones de como habían salido.
Hasta que faltaba tan sólo uno, en quien el cacique había depositado sus máximas esperanzas:
Ñehueñ, cuyo nombre mismo simbolizaba su condición como el cazador más hábil que tenía la tribu.Con el paso del tiempo, también aquella esperanza comenzó a desvanecer- se. De la mano del hambre, la angustia y la impotencia se fueron transformando en llanto de criaturas y desesperaciónde los mayores.
Hasta que por fin lo divisaron a lo lejos,caminando dificulto-samente por la ladera nevada, cargando a su espalda una bolsa improvisada con su poncho de piel de guanaco, llena de piñones de pehuén, que dejó caer a los pies del cacique.
-Dime Ñehueñ-preguntó una machi, una sabia curandera, intrigada-.
¿Por qué traes tu bolsa cargada de frutos del árbol sagrado, del pehuén, si sabes que con él no saciaremos nuestro hambre?
-Tus palabras son correctas, pero te equivocas en algo: lo que traigo es, en efecto, el fruto del pehuén, pero él será lo que nos salvará a todos-respondió el muchacho, sin vacilar. 
-¡No blasfemes, Ñehueñ! -intervino el cacique, irritado.
¡Uenechén te castigará por ello!
-Déjenme explicarles y luego decidirán. Después de andar y andar durante muchos días, sin encontrar nada para aliviar las necesidades de ustedes, regresaba por el camino de la cascada, cuando al remontar una lomada un desconocido surgió quién sabe de dónde y se puso a caminar junto a mí. -¿Qué buscas por mis montañas, hijo?-me preguntó.
-He salido en procura de alimento para mi tribu, que muere de hambre -le contesté-, pero no he encontrado nada.
La nieve lo cubre todo, y muy pronto nos cubrirá a nosotros también.
-Sin embargo, con tantos piñones de pehuén que cubren el piso, no deberían estar pasando hambre. ¿Por qué desprecian un alimento tan extraordinario?
-Es que son los frutos del árbol sagrado, anciano-le contesté, un poco molesto-.
Son muy duros, y las machí dicen que son venenosos.
-¿Y tú crees que un regalo de Uenechén puede ser dañino para sus hijos? No, muchacho, no; vé y habla con tu tribu y dules que el pehuén es un alimento maravilloso. Sólo tienenque hervirlos para ablandarlos, luego tostarlos, y podrán disfrutar de un manjar delicioso. Cada piñón es suficiente para alimentar a un hombre durante varios días, y pueden conservarlos durante el invierno, enterrándolos en pozos en el suelo blando, y así contarán con suficiente alimento, aunque escasee la caza. "Y luego de decirme esto, el
desconocido desapareció como había venido, y yo me puse a juntar los frutos del pehuén para traérselos.
Inmediatamente se reunió el consejo de ancianos y debatieron la noticia traída por el joven, decidiendo que el anciano que había interceptado a Ñehuéñ no era otro que el mismísimo Uenechén en persona, y ordenaron a las mujeres que hirvieran y luego tostaran los piñones traídos por el guerrero.
Y a partir de ese momento,cuenta la leyenda que ya no hubo más hambre ni escasez de alimento, ya que los
pehuenches aprendieron muchas formas de preparar los frutos del pehuén.
Y así, el árbol sagrado se convirtió en la principal fuente de alimento de los pehuenches, quienes cada día, a la salida del sol, rezan con un pinón de pehuén o una pequeña ramaen la mano, diciendo: "A Tí, padre, que no permitiste que muriéramos de hambre; a Tí, que nos concediste la dicha decompartir nuestro alimento; a Tí, Uenechén, te pedimos que nunca dejes morir al pehuén, cuyas ramas se tienden como brazos abiertos para protegernos."

lunes, 25 de marzo de 2013

Porque aprender es tener MEMORIA

Hola, con los chicos de 5º nos pusimos a leer un poco sobre lo que pasó hace algún tiempo en nuestro país, a veces creemos que estamos viendo una película, que se puede cambiar de canal, pero a 37 años de aquel 24 de marzo de 1976, queremos contarles un cuento que nos gustó mucho....
Porque a pesar de que el tiempo pase...hay cosas que quedan grabadas en nuestra MEMORIA.

El cuento es de Silvia Shujer y su nombre es:
                                 " LA CAÍDA DE PORQUESÍ EL MALVADO EMPERADOR"
Hijo de Glotón segundo y nieto de un gran Rey, Porquesí fue el gobernante más temible que hubo en las tierras del país. Apenas asumió el mando, al morir su padre, redactó la primera ordenanza que, en un largo bando, fue leída al pueblo en plaza pública.
“Todo árbol de frutas que crezca en tierras del País - decía la orden- deberá ser entregado de raíz a este gobierno. Firmado: Porquesí.”
Sin protestar -porque nunca lo habían hecho-, los paisanos entregaron sus árboles a las autoridades, dejando sus propios jardines completamente vacíos. Así fue como al llegar el tiempo de la recolección, el palacio se llenó de incalculables canastos de fruta, con las que el emperador hizo preparar dulces y más dulces. Tantos, que ni al cabo de largos años logró terminar de comer. Y fue durante esos años que, descuidados y hartos de frutos que nadie podía recolectar, los árboles se enfermaron y murieron, uno a uno, en las tierras del emperador. Porquesí, entonces, redactó la segunda ordenanza que, en un largo bando fue leída en plaza pública.
“Tras la inesperada muerte de los árboles -decía la orden- y ante la falta de sus frutos, deberán entregar a este gobierno las risas de todos los chicos que habiten el País.”
Desde entonces, en enormes bolsas que eran llevadas al palacio, los chicos depositaban sus sonrisas por obligación. Con ellas el malvado emperador hacía preparar el dulce más rico del mundo: mermelada de risas. Jalea de carcajadas infantiles, que se convirtieron en el manjar más precioso de su majestad. Era el dulce más dulce que se había conocido. Fue metido en frascos y vendido a otros monarcas a precios sin igual. Sin embargo, tanto esplendor no duró mucho: como era de suponer, pasado un tiempo, los chicos del País empezaron a entristecerse, perdiendo poco a poco las ganas de reír. Hasta que definitivamente dejaron de hacerlo, y la fabricación del sabroso producto llegó a su fin. Entonces vino la tercera ordenanza que, en un largo bando, fue leída al pueblo en plaza pública. “Todo chico que no quiera reírse -decía la orden- será severamente castigado por este gobierno.” Y los fieles seguidores de Porquesí se lanzaron a la persecución. Los chicos trataban de reírse, pero no podían. Aterrorizados por el castigo, imitaban un sonido parecido al de las carcajadas, que los glotones de Porquesí, sin distinguir, cargaban en sus bolsas al palacio.
Con ellas, que eran una mezcla de miedo y de imitación, los dulces que prepararon para el emperador resultaron más amargos que la hiel. Más salados que una lágrima.
-¡Pueblo de traidores! Gritó entonces Porquesí. Y armó un poderoso ejército para saquear nuevos países. Viendo cómo su gobernante pretendía entristecer a los chicos de todo el mundo, los paisanos se enfurecieron y, por primera vez, decidieron enfrentarlo. La sola idea de vencer a Porquesí los puso contentísimos. Y sin darse cuenta organizaron un festejo que de pronto coloreó las calles del País. Como se imaginarán, tanta felicidad despedía un olor exquisito. Atraído por él, Porquesí quiso probar de qué se trataba. Creyó que se daría el mejor de los banquetes. Pero apenas lo intentó un fuerte dolor de estómago lo hizo caer al suelo. Cayó y cayó y cayó. Con tanta fuerza que jamás pudo volver a levantarse. Y así termina este cuento. Un capítulo que en la historia universal se conoce como la gloriosa Caída de Porquesí, el malvado emperador de un País.

Esperamos que les guste tanto como a nosotros!!!!!! PRONTO LES CONTAREMOS QUE TRABAJOS HICIMOS CON ESTE CUENTO Y CUÁLES FUERON NUESTRAS OPINIONES